La gestión de la pandemia afecta a la confianza política y social de la ciudadanía

El segundo seminario MDAE ha tratado sobre el efecto que las crisis tienen en la democracia y las libertades

El miércoles 22 de julio, Diplocat ha organizado el segundo seminario del ciclo sobre la COVID-19 y su impacto global y europeo, conjuntamente con el Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI), en el marco de la red MDAE alumni y con el título de Salud, democracia y libertad. Los dilemas ético-políticos de la pandemia.

El acto ha sido presentado por Jacint Jordana, Director del IBEI, y por Laura Foraster, Secretaria General de Diplocat. Ambos han expresado su satisfacción por seguir con el ciclo de seminarios para profundizar sobre los temas de debate que la pandemia de la COVID-19 ha puesto sobre la mesa. También han aprovechado para informar que el ciclo de seminarios se reanudará con nuevas sesiones ya programadas a partir del mes de septiembre. Foraster ha remarcado, también, la importancia que tiene para Diplocat seguir formando en temas de relaciones internacionales y diplomacia pública.

Débora Miralles, Graduada de la 1ª edición del MDAE y trabajadora de la Dirección General de Análisis y Planificación Estrategia de Acción Exterior del Departamento de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, ha actuado como moderadora. El seminario ha sido impartido por Francesc Amat, Investigador del Institutions and Political Economy Research Group (IPERG) de la Universidad de Barcelona y Junior Leader Fellow de La Caixa.

Los efectos democráticos de las crisis

Amat ha presentado los primeros resultados de un estudio que está realizando junto con Andreu Arenas, Albert Halcón-Gimeno y Jordi Muñoz, que lleva por título "Pandemia y democracia: evidencia experimental de los dilemas de gobernanza". Un estudio que analiza las respuestas a las preguntas de una encuesta que se ha formulado en diferentes oleadas durante los meses de enero a junio de 2020.

Antes de entrar a analizar los resultados del estudio, Amat ha recordado que las crisis, como choque negativo, son una ventana de oportunidad a la que las democracias no se han tenido que enfrentar todavía y es por esta novedad que es un elemento interesante a estudiar. Ha revelado que este choque sí puede tener un efecto en el ámbito político si las preferencias de los individuos se mantienen persistentemente cambiantes.

También ha analizado que las crisis pueden verse como externalidades negativas. Estas externalidades se pueden encarar de dos maneras, con la coordinación ciudadana sabiendo que habrá personas que no participarán (free riders) o mediante la acción coercitiva. El problema de la primera opción es la confianza social y política. Amat ha expuesto que en España la confianza social es menor a la media europea y que la confianza política es de las más bajas de Europa, hecho que, como ha expuesto en el turno de preguntas, hizo que la respuesta coercitiva en España fuera la única opción posible.

El análisis de los resultados ha girado sobre 4 grandes ejes que ha considerado interesantes para poder valorar los efectos que ha tenido esta crisis sin precedentes. La preferencia en el nivel de respuesta gubernamental, nacional o europea; los cambios en las preferencias hacia un gobierno más tecnócrata; la relación del efecto de haber estado en contacto con el virus con la confianza política; y finalmente el impacto en los derechos y las libertades y el liderazgo político.

En la exposición ha mostrado como habían comparado la COVID-19 con otras amenazas globales como son el Cambio Climático y el Terrorismo para poder identificar las tendencias que la población tiene sobre la gestión de la COVID-19. En los resultados han observado como con la COVID-19 hay una preferencia en que se gestione a nivel claramente nacional.

El profesor ha resaltado que el estudio ha evidenciado que existe una clara correlación entre las personas que han vivido la COVID-19 de cerca con una mayor aceptación por gobiernos autoritarios. También han notado que la respuesta a la crisis de la COVID-19 en relación a otras amenazas ya comentadas, lleva a unos niveles mayores de aceptación de políticas y acciones que limitan los derechos y las libertades individuales a cambio de la protección de la pandemia. También se ha visto que hay preferencias hacia gobiernos más tecnocráticos y liderados por expertos en la materia que por regímenes liderados por políticos.

Seguidamente, ha presentado el trilema que se planteaba en el título de la ponencia entre salud, economía y derechos y libertades. Amat ha expuesto que de momento no hay que elegir, pero que quizás a largo plazo habrá que hacer como lo han hecho algunos países. Ejemplificó el modelo sueco, donde se ha priorizado la economía y los derechos y libertades sobre la salud, y el modelo asiático, que ha prescindido de los derechos y libertades individuales imponiendo unas políticas coercitivas muy importantes para combatir el virus.

En su estudio han creado un modelo para ver cuáles son los efectos del trilema en España y se ha visto que realmente no hay una preferencia por ninguna de las opciones. Sin embargo, Amat ha remarcado un punto que encuentra muy importante: la tendencia de los simpatizantes del gobierno actual hacia permitir y aceptar coerciones y violaciones de los derechos y las libertades por parte del mismo gobierno. Esta tendencia es preocupante, dado que hay una teoría que establece que este hecho puede dar lugar a una degradación del sistema porque no se castiga el incumplimiento de las reglas del juego, y favorece la acción de los gobiernos sin control parlamentario, llegando a poner en peligro el propio sistema democrático.

En las conclusiones ha remarcado que esta crisis puede ser una amenaza para la democracia en dos sentidos. El primero es el ya mencionado de cambio de preferencias de la sociedad. Y el segundo es que estas abren una ventana de oportunidad para los líderes autoritarios y populistas de ampliar su poder sin oposición parlamentaria o democrática, como ha intentado hacer Viktor Orban en Hungría. Aun así, consideró que esta tendencia de los líderes populistas puede no funcionarles bien en el caso de que hayan realizado una mala gestión de la crisis y les pueda pasar factura, llegando incluso a perder el poder.

Para terminar, se ha dado paso a un turno de preguntas durante el cual Amat ha respondido algunas de las dudas sobre la metodología del estudio y ha ampliado la información sobre el efecto que la gestión política de la pandemia ha tenido en la confianza social y política de la ciudadanía.

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IBEI