El multilateralismo, en crisis pero más necesario que nunca

"El mundo visto desde una perspectiva descentralizadora" es el lema de la segunda serie de Diplocat Talks

DIPLOCAT, en colaboración con la Delegación del Gobierno de Cataluña en los Estados Unidos de América, ha organizado un debate sobre "El futuro del multilateralismo". Miquel Royo, director general de Asuntos Globales de la Generalitat de Cataluña, ha hecho de moderador y ha destacado la relevancia del tema al comienzo de la sesión, admitiendo también que es un tema muy amplio. En todo caso, la evidencia demuestra que muchos problemas que afectan a nuestras vidas deben resolverse de manera multilateral.

Video íntegro del debate (en inglés):

Laura Foraster, secretaria general de DIPLOCAT, ha abierto el acto dando la bienvenida a los participantes y agradeciendo la colaboración de la Delegación de Cataluña en Estados Unidos. A continuación, ha mencionado brevemente la misión de DIPLOCAT: construir puentes entre Cataluña y el resto del mundo mediante herramientas diversas, incluido el diálogo internacional, con el objetivo de contribuir a los debates globales y compartir conocimientos e intercambiar buenas prácticas con actores internacionales. Foraster ha subrayado la importancia de cubrir una amplia variedad de cuestiones internacionales y no sólo aquellas que más destacan en la agenda internacional. DIPLOCAT está profundamente comprometido con muchos desafíos globales, la mayoría de los cuales requieren una respuesta que va más allá de los actores nacionales. A pesar de estar en crisis, o justamente por ello, es básico debatir sobre el multilateralismo y plantearse cuál es la situación actual y las perspectivas de futuro, qué principios hay que reforzar y cómo se pueden reformar las organizaciones multilaterales, entre otros puntos.

Miquel Royo comenzó presentando a los tres ponentes: Pol Bergués-Pedreny, investigador del CIDOB; Vassilis Ntousas, asesor de políticas de relaciones internacionales en la Foundation for European Progressive Studies y miembro académico de la Chatham House británica; y Maria Àngels Oliva, jefe adjunta de división del Fondo Monetario Internacional (FMI). Las primeras preguntas que les planteó el moderador fueron los siguientes: ¿Teniendo en cuenta el papel reciente de Estados Unidos en ámbitos como el Acuerdo de París o incluso la ONU, y coincidiendo con la crisis de poder, relevancia y legitimidad del multilateralismo, hasta qué punto hay que reformarlo para adaptarlo a los cambios globales? ¿Hay algún punto específico que tenga que cambiar sí o sí para conseguir una mayor eficacia?

Vassilis Ntousas afirmó que la única manera que tiene el sistema para sobrevivir es transformándose. En cierto modo, la crisis sanitaria actual ha demostrado que el orden global es muy poco cooperativo. Por lo tanto, tenemos una paradoja, ya que el multilateralismo está en crisis y al mismo tiempo es más necesario que nunca. También comentó la necesidad de ser más específicos, precisos y claros cuando nos referimos a la crisis mundial, y la idea de que la reforma requiere compromiso y disposición a enfrentarse a dilemas difíciles.

Pol Bergués-Pedreny se refirió al caso concreto de la reforma de la ONU como ejemplo del momento actual. Citó António Guterres, secretario general de la ONU, que dice: "Estamos en un momento de necesidad. Los estados no pueden resolver la crisis por sí solos, tenemos que cooperar y la ONU debe ser activa". A continuación, explicó que en los momentos de éxito de la ONU (en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, y en los años noventa, después de la Guerra Fría, cuando había la ambición de democratizar el mundo) había consenso sobre dos elementos básicos: un fuerte liderazgo y poca oposición. En cambio, el escenario actual es de falta de legitimidad, caracterizado por un mundo multipolar, con una gran competencia por el poder y una incertidumbre enorme. El único consenso actual es que hay que "reimaginar el multilateralismo".

Maria Àngels Oliva aportó otra perspectiva: la economía desde la base. No es partidaria de reformar el sistema internacional actual, ya que considera que el modelo todavía es válido. Esto no quiere decir que no necesite evolucionar y adaptarse a las nuevas realidades. Por ejemplo, el nivel de representación de la OMC es amplio y el marco multilateral evoluciona como resultado de los cambios económicos. Oliva insistió en que no hay que cambiar el sistema global, sino que hay que trabajar sobre las estructuras que ya forman parte de los planes actuales y futuros.

El siguiente punto a debatir fue cómo gobernamos actualmente este sistema multilateral y el poder que tienen los estados, y cuáles son los principales vacíos normativos. Maria Àngels Oliva dijo que "más no siempre significa mejor" y, por tanto, es importante tener las herramientas adecuadas y garantizar su implementación. Es necesario que los retos planteados lo sean en beneficio de todo el sistema internacional. Por lo tanto, para hacer la sociedad más fuerte, hay que negociar para afrontar imponderables externos, trabajar de abajo hacia arriba y preservar la diversidad.

Ntousas reforzó la idea de que no existe un único sistema multilateral, una estructura monolítica con la misma composición en todas partes. Por lo tanto, cuando evaluemos los vacíos normativos debemos ser conscientes de que serán muy desiguales. Hay que evolucionar y, en muchos campos, para conseguir resultados positivos se requiere un marco diferente al del pasado. En consecuencia, Ntousas destacó la importancia de no sólo cambiar las políticas del poder, sino también nuestra mentalidad, que es aún más difícil.

Bergués-Pedreny explicó que, aunque tendemos a considerar que los presidentes americanos Trump y Biden son muy diferentes, tal vez en el fondo no lo sean tanto. También se centró en la expansión de la democracia y en como Donald Trump destruyó aliados y redes durante su mandato.

Al final del debate, los ponentes se centraron en el futuro y trataron de responder a preguntas como: ¿Qué rol deben jugar los nuevos actores? ¿Cómo evolucionará el papel de la UE? ¿Qué papel les queda a los otros actores internacionales? Bergués-Pedreny recordó que Javier Solana dice que la principal diferencia entre la década de los 2000 y ahora es principalmente la ambición. Antes, la UE tenía menos capacidad, pero su influencia era mayor. Por el contrario, hoy en día tiene más capacidad pero menos influencia. Además, comentó que la UE ha perdido su poder de influencia en el mundo y la importancia de saber adaptarse a relaciones internacionales complejas. No hay otra elección aparte del multilateralismo, y por ello tenemos que aceptar que ya no tenemos el poder transformador que nos gustaría tener.

En respuesta, Oliva dijo que la UE sigue siendo un gran pilar del mundo, ya que es un caso de éxito, y que las dificultades y retos actuales también son una oportunidad y que hay que aprender de ellos.

Por su parte, Ntousas terminó la discusión poniendo énfasis en la necesidad de dedicar más tiempo a repensar la forma en que nos relacionamos con los diferentes actores del sistema internacional. Añadió que, en el contexto actual, la diplomacia no se puede detener. Por lo tanto, es relevante intentar dedicar más esfuerzos a las potencias emergentes y estar preparados para cambios globales complicados.